La jornada tiene algunos momentos en los que profes y alumnado andamos un tanto acelerados: tras el recreo, esas mañanas con algún examen intenso, después de una clase de Educación Física... En esas ocasiones, unos minutos de relajación suponen toda una inversión, el resto de la mañana cunde mucho más, y además, ¡qué bien se siente uno después!
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| Tiempo de relajación en el aula. |
La práctica de la relajación sienta bien a todos: a algunos por su carácter inquieto, a otros por la agitación propia de la edad, a los de 2º de Bachillerato por estar cargando con la losa de la Selectividad, etc. Como dice la canción, nos sobran los motivos.
El otro día, explicando al alumnado las ventajas de este entrenamiento, acabábamos conviniendo en que la vida está llena de pruebas de Selectividad, así pues, controlar la respiración y reconducir las tensiones deberían venir por prescripción facultativa. En fin, nos lo tomamos como un propósito para este curso que no ha hecho más que empezar a rodar.
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